Apoyando la continuidad del diseño público en América Latina
Por Luca Gaspari, Asistente de Investigación
La innovación en el gobierno surge de diferentes empujes: la voluntad política, los avances tecnológicos, y la energía cívica. El diseño fortalece esos sistemas al ofrecer métodos que replantean problemas, alinean a actores diversos, y centran la experiencia humana. Estas prácticas no reemplazan a otros agentes del cambio; sino que dotan a la innovación de un sentido de capacidad de respuesta y participación. Pero cuando las prácticas de diseño quedan sin documentarse, sus aportes se vuelven fáciles de descartar como experimentos aislados en lugar de considerarlos cimientos para un impacto a largo plazo.
En toda América Latina, las unidades de innovación dentro del sector público están utilizando el diseño para abordar asuntos de política pública, co-crear con comunidades y orientar el diseño regulatorio. Estos equipos introducen nuevas formas de trabajo en el gobierno, de pequeña escala, pero ambiciosas en su propósito de hacer que las instituciones sean más receptivas a las necesidades de las comunidades. Sin embargo, su trabajo sigue siendo frágil. Las agendas políticas cambiantes, los recursos escasos y la documentación dispersa impiden que las iniciativas se construyan unas sobre otras, lo que obliga a muchas a comenzar desde cero en cada ciclo electoral. El resultado es un panorama rico en experimentación, pero limitado en memoria y continuidad.
Esta fragilidad debilita la credibilidad del diseño para la innovación pública. Cuando laboratorios emblemáticos cierran y sus prometedores proyectos pilotos permanecen fragmentados, el ámbito lucha por mantener su desarrollo y adopción. Esta falta de consolidación también se evidencia en la literatura.
Nuestra investigación demuestra el alcance de este desafío. A lo largo de la revisión, analizamos más de 700 fuentes académicas multilingües sobre innovación pública en América Latina. Sin embargo, como muestra la animación a continuación, solo el 15% contenía el nivel de profundidad y detalle necesario para un estudio significativo, lo que subraya lo poco documentado que sigue estando el ámbito.
[Video de Tina Rosado. Representación visual del proceso de revisión de la literatura.]
Esta escasez no es simplemente una cuestión de volumen, sino también de calidad y continuidad. En parte, refleja cómo la investigación suele limitarse a describir estructuras y proyectos iniciales, rara vez trazando las contribuciones de los participantes a medida que los proyectos evolucionan. La terminología desigual también dificulta la búsqueda de información, ya que etiquetas como “laboratorio de innovación", “living labs", o “unidad de innovación pública” se aplican de manera inconsistente entre países y a lo largo del tiempo. La documentación también varía notablemente según la región y el alcance: las fuentes en español y portugués tienden a ofrecer estudios de caso nacionales más detallados, mientras que las publicaciones en inglés privilegian panoramas más amplios y comparativos entre varios países. Sin criterios de éxito compartidos ni formas de identificar brechas institucionales, se pierden las prácticas y rutinas organizativas que sostienen la innovación. Si no se abordan, estas brechas impiden que la innovación impulsada por el diseño genere soluciones duraderas a los problemas públicos.
El esfuerzo del Colectivo de Diseño Público comienza aquí. Junto a UNIT, estamos lanzando una encuesta multilingüe y un repositorio abierto para transformar casos aislados en una red de conocimiento colectivo y memoria institucional. Sin una base de evidencia, los responsables de políticas no pueden ver el impacto, los financiadores no pueden respaldar lo que funciona y los equipos no pueden construir sobre las lecciones previas. El objetivo es acumular las lecciones experienciales del diseño para la innovación pública en América Latina a gran escala – sus estructuras de gobernanza, métodos y resultados – antes de que desaparezcan. Estas unidades no están simplemente replicando modelos internacionales; están adaptando el diseño a contextos locales marcados por la volatilidad, la desigualdad y las limitaciones de recursos, generando conocimientos con relevancia global. Al documentarlas, las prácticas efectivas que sitúan las necesidades de las personas en el centro y coordinan a los actores hacia el cambio pueden ganar continuidad, credibilidad y capacidad para moldear la gobernanza a lo largo del tiempo.
A la luz de ello, la encuesta y el repositorio adquieren una importancia inmediata. Nuestra encuesta no está diseñada únicamente para recopilar opiniones, sino para mapear el ecosistema del diseño público en América Latina en tres niveles: instituciones, proyectos e individuos. La encuesta indaga sobre trayectorias profesionales, iniciativas ejemplares, arreglos de gobernanza y métodos utilizados. Además, invita a reflexionar sobre la memoria, la sostenibilidad de las prácticas, y las redes de colaboración y apoyo. Al combinar estas dimensiones, la encuesta genera una visión más completa de cómo opera el diseño en el gobierno: quién lo impulsa, bajo qué condiciones y con qué resultados.
El repositorio organizará esta información en un recurso compartido y abierto. En lugar de informes y relatos anecdóticos, ofrecerá una forma estructurada de visualizar las conexiones entre actores, comparar entre países y seguir el ciclo de vida de las iniciativas. Para los responsables de políticas, financiadores e investigadores, esto significa contar con evidencia sobre la cual pueden actuar. Para diseñadores y servidores públicos, permite el reconocimiento y el aprendizaje entre pares. Para los académicos, ofrece un conjunto de datos estructurado para analizar tendencias, probar hipótesis y fundamentar nuevas investigaciones. En conjunto la encuesta y el repositorio conforman una práctica colectiva que contribuye a la maduración del diseño público en la región.
Al fabricar la primera infraestructura regional de memoria para diseño en el sector público, contrarrestamos el ciclo en el que el trabajo sólido se desvanece y los equipos deben comenzar de nuevo. Nuestro repositorio y encuesta son un paso colaborativo hacia evidencia regional con relevancia global: una base compartida que permite que el conocimiento se acumule a lo largo de los ciclos, brinda a las autoridades fundamentos para defender la continuidad y ofrece a los diseñadores y servidores públicos un punto de partida claro para la siguiente etapa del trabajo.